Disfagia - Cuando tragar se convierte en un problema

La Actualidad de Lorca, Marzo de 2020

¿QUÉ ES LA DISFAGIA?
La disfagia es la dificultad para comer caracterizado por una dificultad en la preparación oral del bolo y/o por el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago.

SIGNOS DE LA DISFAGIA

Existen múltiples signos, que nos pueden alertar de que quizás podamos padecer disfagia o estemos en riesgo de padecerla, y estos son:

• Tos o atragantamiento al comer (aspiraciones).
• Dificultad progresión del bolo.
• Residuos en la garganta.
• Realización de varias degluciones.
• Permanencia de la comida en la boca.
• Salida del alimento por las fosas nasales.
• Neumonías de repetición.
• Pérdida de peso progresiva/desnutrición.

• Alargamiento del tiempo de las comidas.

GRUPOS DE RIESGO Y CONSECUENCIA DE LA DISFAGIA

Las personas con trastornos neurológicos, enfermedades musculares, cirugías de cabeza, cuello o personas con edad avanzada, pueden ser las más propensas a padecer disfagia y como consecuencia, problemas a nivel social, ya que, en la sociedad actual cualquier celebración, por la causa que sea, se celebra con una comida y/o cena, por lo que la persona que presente dificultades en la deglución, presentará problemas. Además, la disfagia genera malnutrición, deshidratación y complicaciones respiratorias (aspiraciones).

ESTRATEGIAS FACILITADORAS DE LA DEGLUCIÓN

Algunas de las estrategias que se pueden llevar a cabo antes de cualquier deglución, con una persona que padezca disfagias son:

• Beber un vaso de agua fría, antes de las comidas, creando un efecto estimulante de sensibilidad.
• Doble deglución, tragando la segunda vez con la boca vacía.

Además, existen múltiples maniobras, que con un logopeda colegiado se podrán llevar a cabo y mejorar el acto de deglutir.

RECOMENDACIONES DURANTE LA ALIMENTACIÓN

• Procurar un ambiente relajado, sin distracciones y sin prisa. Reírse, hablar, ver la tele o escuchar la radio, son solo algunas de las cosas que facilitan el riesgo de atragantarse.
• Permanecer sentado o de pie tras la ingesta (no tumbado), al menos, 30 minutos después de comer.
• Evitar la cabeza hacia atrás.
• Esperar a que la boca este limpia y sin residuos antes de la siguiente cucharada.
• Cuidar la postura. La espalda correctamente alineada y apoyada sobre el respaldo de la silla. La cabeza ligeramente en flexión para tragar.
• Realizar la higiene oral y dental después de cada comida para que no quede ningún resto dentro de la boca al terminar.